domingo, 11 de mayo de 2008

imbécil

Siempre me pareció demasiado obvio e innecesario, pero ahora me doy cuenta de que lo obvio muchas veces escapa a la sensatez, y que esta nos puede jugar muy malas pasadas. Harto cansado, no puedo encontrarle una lógica, un sentido fijo de esos que le encantan a los sistemólogos, caí en la cuenta de que no hace falta encontrar una necesaria explicación, bastan un par de miradas y una sonrisa para ver con ojos de niño, para sentir con el corazón y no con la mente. El sólo pensar que el mar está lleno de ellos, ahora figuro la falta de gentuza, la falta de hombre común que pide a gritos una mano, disculpándose, convirtiéndose en bobos aguantables.
Presto, ¿qué mejor amigo que el imbécil? El imbécil se ríe con facilidad, se ríe de todo, como si la vida fuera un continuo jolgorio. En las conversaciones de salón y sociedad, tienen a asentir, a ellos todo les parece correcto, menos cuando hacen preguntas realmente estúpidas, dándonos ahí la oportunidad de lucirnos frente al pequeñoburgués que escucha la perorata de la dama gorda y antigua, las ironías de aquellos que no entienden lo simple. Y es que el imbécil, y pido disculpas si hago énfasis en su poca cabeza, pero no hay nada de malo en la palabra, y al que le parezca fuerte que no me lea, el imbécil nos hace ver inteligentes, exalta lo bueno de nosotros, aquello que queremos mostrar frente al superfluo. Sí, los imbéciles no lo son tanto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Grillo es la primera vez que me animo a comentarte jaja...en realidad ya habia vistiado varias veces el blog pero ésta vez fue con un poco más de detenimiento.
Me gusta como escribis (a pesar de que no me concidero demasiado atraído por la poesía) sobretodo por las ganas que les ponés, y por los temas que desarrollas.
Te felicito, y te animo a seguir escribiendo!

Un abrazo

Popurrí dijo...

Joa, gracias por la visita, me halaga, y te invito a comentar más, que es lo que le hace sentir a uno que lo leen, y que vale la pena seguir escribiendo.
Gracias, suerte

Un abrazo