miércoles, 7 de mayo de 2008

No sabía bien dónde estaba el límite, él era el otro, y el otro era él. Sus pasos, sus movimientos, se confundían en un espejo, y a la vez en una sombra, o la sombra de su sombra, o la sombra de la sombra de su sombra y así se podía perder en un juego interminable, como recorriendo un laberinto de pasillos eternos. Había perdido el rastro de quién era, pero sus ojos... ¡ah!, sus ojos eran tan familiares que por momentos creía estar viendo los suyos propios, si eso era posible. Pegó su cabeza al vidrio y sintió el frío en sus mejillas. ¿Había algo del otro lado o era mera impresión suya? Se paró en puntitas de pie y trató de ver más allá, pero la mente era difusa y la conciencia un mar de muchas vueltas.

2 comentarios:

ElChapa dijo...

Grillito: Perdoname que no te respondi el ultimo mensaje que pusiste en el blog, pero estoy estudiando a mil para los parciales y se me complica. Sin embargo paso a leer los demás blogs cuando puedo y lo tuyo va muy bien, como siempre.

Hice un comentario unos posts mas abajo, no se si lo leiste!

Un abrazo!

Popurrí dijo...

Chapa: leí el comentario anterior recién cuando me dijiste, la verdad como era un cuento muy largo no creí que nadie lo fuera a leer.
Gracias por la visita, suerte con los parciales

Un abrazo!